Porque cuando sufrimos por amar, necesitamos aprender a vivir libre.
Porque cuando nuestra vida se centra en el otro, necesitamos aprender a vivir libre.
Porque cuando dejamos de depender de una relación para pasar a depender de un grupo de 12 pasos o de un psicoterapeuta, necesitamos aprender a vivir libre.
Porque cuando buscamos ayuda sólo la buscamos con el fin de aprender a ayudar a otro, necesitamos aprender a vivir libre.
Porque cuando nos negamos a ver lo evidente y aceptamos lo inaceptable, por indigno que esto resulte, necesitamos aprender a vivir libre.
Porque cuando dejamos de vernos y atendernos a nosotros mismos y pretendemos que el otro nos indique cómo somos o cuánto valemos necesitamos aprender a vivir libre.
Porque muchos estamos seguros de que esto no puede cambiar y que no podremos sobrevivir si dejamos a esa pareja. Vivimos creyendo que estamos “atrapados” y que no podemos dejar de estarlo (o al menos no sin perecer en el intento).
¿Pero porqué?
Porque necesitamos aprender a vivir de una forma diferente, necesitamos aprender a vivir libre.
¿Y por qué, si hemos aprendido tantas cosas a lo largo de los años, no hemos aprendido a amar educadamente desde niños?
Básicamente, debido a que nuestros padres, abuelos, y los padres y abuelos de nuestros amigos, primos y conocidos, o cualquiera de las combinaciones que surjan de esto, no han aprendido a hacerlo y creemos que, si ellos no lo hacen, es porque no se puede. Porque hemos creído que nuestra forma de relacionarnos con el mundo es la normal. Y es así.
Pero como digo en mis talleres, cursos y conferencias: lo normal no es lo sano, sino lo que más existe o es más frecuente en una población determinada; así como lo anormal no es lo enfermo, sino lo que es poco frecuente en una población determinada. Pero nuevamente nos hemos equivocado, pues ésta no es una cuestión de estadística, sino de elecciones. Y afirmo que es de elecciones porque nosotros podríamos elegir aprender a relacionarnos de una manera más efectiva y funcional con el mundo y elegimos no hacerlo.